Las crisis de angustia, también son llamadas crisis de ansiedad o ataques de pánico.

Las crisis de ansiedad suelen presentarse de una manera brusca, más o menos repentina, muchas veces sin un motivo aparente. La persona lo describe como una sensación de miedo intenso o terror acompañada de un intenso malestar corporal que le genera la sensación de muerte inminente.

Síntomas de Crisis de Ansiedad

Durante las crisis de ansiedad se pueden presentar síntomas como falta de aire, palpitaciones, sudores, opresión o malestar torácico sensación de dificultad respiratoria, inestabilidad o mareo, y suele venir acompañada de un miedo intenso a morir, a volver -loco o perder el control. Las crisis se inician de forma brusca y alcanzan su máxima expresión durante los primeros 10 minutos.

Estas crisis de ansiedad pueden presentarse con o sin Agorafobia.

Diferenciar emociones normales de los síntomas de algo más

Nuestras rutinas se rompieron con la Covid-19. La pandemia paralizó toda actividad, contacto social y nuestra libertad de movimiento se vió limitada.

Esta situación aun tiene consecuencias en nuestro estado de ánimo. Es por este motivo que no debemos preocuparnos si nos sentimos algo diferentes. Es más, podemos experimentar momentos de tristeza, irritabilidad, menos paciencia, sensación de frustración… Todas estas emociones son lógicas y propias del ser humano. Así que, son sentimientos comprensibles y normales.

El miedo también ha estado muy presente en nuestras vidas, debido a que la situacion de pandemia fue nueva y aun despierta incertidumbre. Todavía a día de hoy tenemos interrogantes en nuestras vidas que nos pueden generar angustia y desmotivación.

La sensación final que todas las personas hemos experimentado es la falta de control. En consecuencia, esta emoción deriva en ansiedad. Ambas emociones son el resulado de la situación de crisis por Covid vivida. Por lo tanto, podemos identificar claramente la causa de dichas emociones.

 

 

¿Cuando podemos hablar de emociones que indican un trastorno o su comienzo?

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Tristeza

Cuando vemos que se intensifica y se instaura en nosotros con pocas ganas de hacer cosas, abatidos, sin encontrar sentido a vivir, sin visión de futuro… Las personas nos cerramos cada vez más en nosotros mismos. Es por ello que buscamos refugio y no siempre de forma metafórica. Puede darse el caso donde una persona no se vea capaz de salir de casa. Es más, puede llegar a encerrarse en su habitación.

Poco a poco nos encontramos con que solamente tenemos un pensamiento. Este pensamiento es negativo, por los que no nos permite ser capaces de imaginar un futuro. Antes mostrábamos interés por ciertas cosas, pero entrando en una depresión este interés se pierde. Ya no se encuentra a la persona que fuimos antes. Esa que era capaz de disfrutar y experimentar placer en las cosas que le interesaban. Esta tristeza persistente nos merma la motivación y nos hace entrar en depresión.

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Miedo

Por otro lado, hay que tener en cuenta la otra emoción mencionada: el miedo. El miedo es una emoción primaria por la supervivencia. Como explicamos en nuestro artículo de definición de ansiedad, es importante saber diferenciarla de los que son los trastornos de ansiedad. Recordemos que tener miedo ante un contexto de incertidumbre es lógico. Pero si sentimos  esta emoción más de lo que consideramos natural, repercute y hace mella en nuestro estado de ánimo.

Hablamos de ansiedad cuando una persona empieza a notar síntomas como taquicardia, sudores, malestar general, pérdida de control, sensación de ahogamiento… Ante este cuadro sintomático, una persona empieza a pensar que lo que les ocurre es terrible. Es más, y de mayor gravedad: una persona con un ataque de ansiedad llega a pensar que va a morir.

La depresión no llega ni sola ni de repente. Algunos ejemplos de síntomas de trastorno depresivo son los despertares nocturnos, dificultades para dormir, el cambio de hábitos en la alimentación (comer compulsivamente o perder por completo el apetito). En conclusión, este conjunto de síntomas indica que una persona puede estar sufriendo depresión.

El pensamiento acerca de la muerte está presente en los cuadros de pánico. Ante este primer autodiagnóstico que la propia persona se crea, automáticamente percibe amenazas en aumento y su vida en peligro.

La ansiedad es la emoción que prepara nuestro cuerpo para afrontar, luchar o huir ante un estímulo que vivimos como peligroso. Seguidamente, haremos memoria acerca de las sensaciones físicas explicadas al principio del artículo. En referencia a ellas, tengamos claro que nos creemos que indican que se puede estar a punto de sufrir una enfermedad gravísima, incluso mortal.

Nuestro cuerpo reacciona, creyendo que vamos a enloquecer, sufrir un infarto…

¿Cómo reacciona el cuerpo ante un ataque de pánico?

El cuerpo humano intensifica aun más las sensaciones naturales de ansiedad. Es decir, aumentan todas las sensaciones físicas de alerta ante el peligro. En primer lugar, el corazón bombea sangre más deprisa, para así poder huir o luchar. Es decir, que una persona interpreta esta taquicardia como la confirmación de su pensamiento inicial: estar a punto de vivir una experiencia terrible. De este modo, se entra en bucle.

Si este bucle no se corta, termina provocando una crisis de ansiedad o ataque de pánico.

Se entra en el sufrimiento, especialmente en las primeras crisis, cuando no se sabe lo que está ocurriendo ni por qué. Estos niveles de ansiedad son tan intensos que interfieren claramente en la vida de una persona. De no tratarse, derivarán en un trastorno de ansiedad.

 Ayuda ante una crisis de ansiedad

En conclusión, desde esMENT Mataró recomendamos encarecidamente recorrer a la ayuda de una profesional. Si bien es cierto que el primer paso es reconocerlo, intentar hablarlo con nuestro círculo de confianza… La ayuda que puede ofrecer familia y amigos es bien intencionada pero limitada.

Algunas veces las depresiones, por ejemplo, requieren tratamiento farmacológico. Eso no nos convierte en mejores ni peores, sólamente en ser correctamente diagnosticadas y tratadas.

Lo que suele ser más conveniente, una vez se hace una visita con un profesional en salud mental, es la evaluación. Como resultado de evaluar a cada persona de forma individualizada se obtienen los mejores diagnósticos.

Es más, a menudo resulta beneficioso combinar la terapia farmacológico con la terapia psicológica. El motivo para combinar terapias es que ayuda a dar pautas y ofrecer herramientas para cortar con estos bucles. En consecuencia, se consigue salir de las crisis de ansiedad con mayor brevedad.