El síndrome d’Asperger (SA) es un trastorno del desarrollo que lleva asociada una alteración neurobiológica, y manifiesta un conjunto de características mentales y de conducta que forman parte de los trastornos del espectro autista.

Es el trastorno más leve del espectro autista (TEA) y se diferencia del resto de trastornos en el hecho de que no hay retraso en la aparición del lenguaje o déficit intelectual. Aunque no son determinantes para un diagnóstico, son frecuentes la falta de destreza física i un uso atípico del llenguatge. Las señales generalmente empiezan a manifestarse antes de los dos años y en general duran a lo largo de toda la vida.

¿Qué indicadores hay para detectar el Síndrome de Asperger?

Los comportamientos más habituales que suelen apuntar a un posible Síndrome de son:

  1. No disfrutar del contacto social y prefierir estar solo/a.
  2. No jugar con otros niños de la misma edad, tener pocas amistades.
  3. Ser muy competitivo/a, su objetivo al jugar siempre es ganar.
  4. No tolerar la frustración.
  5. Ingenuidad, testarudez y credulidad.
  6. Su vida se caracteriza por una rutina rigurosa, sistemática y cuyo mundo se podría reducir a una afición o interés concreto.
  7. Comportamientos e intereses restringidos y repetitivos
  8. Alto grado de desconcentración en las actividades de forma involuntaria.

¿Qué tratamientos existen?

El tratamiento para el SA se basa en una combinación de terapias dirigidas a los síntomas centrales del trastorno:

  • Entrenamiento en habilidades sociales, para lograr establecer interacciones interpersonales más efectivas.
  • Terapia cognitivo-conductual para mejorar el manejo del estrés relacionado con la ansiedad y las emociones incontroladas,como asimismo para canalizar los intereses obsesivos y la aparición de las rutinas repetitivas.
  • Terapia farmacológica para el tratamiento de los trastornos que puedan coexistir con el SA, como por ejemplo, el trastorno depresivo mayor o el trastorno de ansiedad.
  • Terapia ocupacional o terapia física para el tratamiento de los déficits en la integración sensorial y en la coordinación motriz.
  • Intervenciones relacionadas con la comunicación social; una forma concreta de logopedia dirigida a la mejora de los aspectos pragmáticos presentes en la conversación habitual.
  • Entrenamiento y apoyo familiar, especialmente para aquellas técnicas conductuales que se deberán desarrollar en el entorno doméstico.